sábado, 13 de septiembre de 2014

La tapa de la caja del hombre actual (un moderno Gaspar Hauser)

Si le preguntáramos a cualquier animal, supongamos un zorzal, ¿Para qué vives? Y él nos pudiera contestar, con toda seguridad su respuesta sería: ¡vivo para sobrevivir el mayor tiempo posible y para esto me construyo un nido, me busco una pareja, tengo hijos, los cuido lo mejor que puedo y cuando ya viejo me preparo para morir con el menor sufrimiento posible!. Desde esta respuesta  podemos afirmar que los animales viven solo para sí mismos, hecho del cual son absolutamente inconscientes e inocentes. 
¿Y cuánto difiere esta respuesta de la daría la gran, pero gran mayoría de los seres humanos en estos tiempos? Siendo sinceros la respuesta es “en nada”. Es decir actualmente los seres humanos – y desde siempre por lo demás – vivimos solo para nosotros mismos y por ende repetimos el mismo ciclo de los animales descrito arriba.  

Y si a continuación le preguntáramos al zorzal respecto al sentido de sus vidas, sin duda que contestaría: ¡sobrevivir sin sobresaltos el mayor tiempo posible, como ya te dije! Tal como sabemos, quizás un poco más adornada, esta es la respuesta que daría también  la gran mayoría de los seres humanos. Esto nos lleva a concluir que vivimos vidas sin sentido (lo cual no significa que necesariamente sean malas vidas (de hecho hay animales que viven muy bien)). Y así cuando levantamos la vista en nuestra caja vemos que la tapa es “no encontrarle sentido a nuestras vidas”, lo que a diferencia de los animales, nos produce un sentimiento de vacío y angustia que rápidamente tapamos con mil razones, actividades, cosas y excusas. Y nos transformamos en un container de plomo depositado en el fondo del mar con material radiactivo, que si llega a salir puede destruir nuestras vidas.    

¿Pero qué significa vivir una vida con pleno sentido? Para responder esto hay que hablar de lo que significa trascender. Dicho en simple, trascender es dejar algo relevante más allá de nosotros mismos, es decir para los demás. Demás está decir que no se refiere a cosas materiales o mundanas. Personajes como Cristo, Mahoma, Buda, Gandhi la Madre Teresa dejaron una trascendencia que abarca al mundo entero. Pero hay decenas de miles de personas no tan conocidas, que trascendieron en beneficio de toda la humanidad en campos  como las ciencias, la medicina, la filosofía, el deporte, el arte, la política, etc. Y también hay millones de personas anónimas que han trascendido y lo siguen haciendo, en los distintos frentes del quehacer humano, en sus comunidades o meramente en aquellos que los rodean.

Todas estas personas a través de la trascendencia han roto el ciclo animal de nacer, desarrollarse y morir sin dejar huellas que importen y han encontrado o dado un sentido a sus vidas, sentimiento que nos lleva a sentir la verdadera felicidad.
    
Así la vida adquiere sentido para una personas cuando establece en forma consciente “que es aquello trascendental que quiero dejar para los demás”, lo cual no tiene por qué ser grandioso, ni menos hacernos famosos, solo basta con lo que a uno le haga sentido y por ende le dé sentido a su vida. Esto le permitirá dejar de sentir ese vacío arriba mencionado y que lleva a muchas personas a caer en depresión y estrés, entre otras enfermedades. Cierro diciendo que una vida con sentido podría tener por lema “sólo tengo lo que he dado”.        

1 comentario: