martes, 2 de abril de 2013

Camino 6: De la Dependencia a la Libertad

Observa al sol y verás como vaga sin ataduras por el universo. Mira a los planetas y verás como sin el sol no pueden sobrevivir.
El sol para ser no necesita a nadie ni nada, pero los planetas si.
El sol es libre, los planetas no.
 

De la no libertad a la libertad

Ser libre es no depender. Desde este punto de vista, no hay ser menos libre que un recién nacido. Iniciamos nuestras vidas sin la más mínima libertad. El sexto camino consiste en ir eliminando dependencias a lo largo de la vida, incluso al final, el apego a la vida misma. Hermosos y trágicos son los episodios del ser humano cuando prefiere morir a perder su libertad.
 
En una escena de una película sobre Hitler, recuerdo que aparecía éste en un campo de concentración mirando una fila de judíos que caminaba hacia la cámara de gases con plena conciencia de ello. De pronto Hitler se percató de que en la fila había un hermoso joven judío de aspecto ario. Lo hizo comparecer ante él y le ofreció salvarle la vida a  cambio de que renegara de sus orígenes y de su pueblo y se transformará en alemán ario. El joven judío lo miró y sin decir nada volvió a la fila, sin mirar atrás.
 
Gracias a Dios la gran mayoría de las personas no tenemos que hacer actos tan heroicos para expresar  nuestra libertad. Aún así, vivimos en contextos en los que la libertad es muy difícil de alcanzar, puesto que a pesar de que a medida que crecemos vamos eliminando algunas dependencias,  paulatinamente vamos adquiriendo otras. Dependencias pueden ser, por ejemplo, lazos afectivos, bienes materiales,  estatus social, prejuicios y adicciones.
 
Desde la perspectiva del amor, el enamorado no es libre porque depende totalmente del otro, en cambio el que ama, es libre y por lo mismo ayuda a liberar al otro.
 
Cuando se es joven, aún no se tienen grandes dependencias, por lo tanto es posible cuidar la libertad  previniendo el no generarse dependencias innecesarias, como por ejemplo, transformarse en padres sin estar psicológica y económicamente preparados para ello. La mayoría de los adultos actualmente tiene grandes dependencias. La forma de liberarse es primero que nada   prevenir de no generar otras nuevas;  y segundo revisar si aquello que lo tiene atrapado puede ser modificado sin hacerle daño ni a los demás ni a si mismo. Hay que tener mucho cuidado de no actuar con irresponsabilidad ante las dependencias ya adquiridas puesto que en tal caso el remedio será peor que la enfermedad.
 
Mención especial merece el matrimonio, puesto que puede malentenderse mi mensaje como un “piensa antes de casarte porque te encadenaras”. La verdad es que un matrimonio construido en el amor es vivir y gozar la libertad con otro y éste es uno de los logros máximos para cualquier persona.

Cualquiera sea el punto de partida, caminar hacia la libertad requiere ser muy valiente y muy fuerte puesto que la sociedad actual no está organizada para hombres libres sino que todo lo contrario. Así el que paulatinamente la vaya alcanzando, en la misma medida alcanzará la felicidad.

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